viernes, marzo 24, 2006

FELICIDAD REALISTA..

Lo que a continuación transcribo fue escrito por Mário Quintana.
La verdad no sé la nacionalidad de esta persona, tampoco la busqué...lo único que sé es que el texto estaba en portugués y por dos razones lo traduje. Una para compartirla con todos uds. (esperando les sirva para la reflexión) y dos, para practicar mi "portunhol" que lo tengo bastante abandonado...

Gracias a Ana...que me hizo saber de la existencia del mismo!!

Al principio, bastaría tener salud, dinero y amor, lo que ya es un paquete laudable, pero nuestros deseos son más complejos todavía.

No basta que no tengamos fiebre: queremos, además de salud, ser delgados, musculosos, irresistibles.

Dinero? no basta que tengamos para pagar el alquiler, la comida y el cine: queremos la pileta olímpica y una temporada en un spa 5 estrellas.

En cuanto al amor....no nos basta con tener alguien con quien podamos conversar, compartir una pizza y tener sexo de vez en cuando. Eso es pensar pequeño: queremos AMOR, todo mayúsculo. Queremos estar viseralmente apasionados, queremos ser sorprendidos con declaraciones inesperadas, queremos cenar a la luz de las velas de lunes a domingo, queremos sexo salvaje y diario, queremos ser felices así y no de otra forma.

Es el resultado de mirar tanta TV.

Simplemente nos olvidamos de intentar ser felices de una forma más realista.Tener un compañero constante, puede o no ser sinónimo de felicidad. Se puede ser feliz soltero, feliz con algunos romances ocasionales, feliz con un compañero, feliz sin ninguno. No existe amor minúsculo, principalmente cuando se trata de amor propio.

Dinero es una bendición. Quien tiene, debe gastarlo, aprovecharlo, usarlo. No perder el tiempo juntando, juntando, juntando. Apenas lo suficiente para sentirse seguro, pero no aprisionado. Y si tenemos poco, es con este poco que vamos a intentar asegurar la ola, buscando cosas que sean gratis, como un poco de humor, un poco de fe, un poco de creatividad.

Ser feliz de forma realista es hacer lo posible y aceptar lo improbable.

Hacer ejercicios sin anhelar pasarelas, trabajar sin anhelar el protagonismo, amar sin anhelar lo eterno.

Mire el reloj, es hora de despertar. Es importante pensarse al extremo. Buscar allá adentro lo que nos moviliza. Instigue y conduzca sin exigirse desmesuradamente. La vida no es un juego en el cual quien prueba sus límites obtiene el premio.

No seamos víctimas de esa ingenua competitividad. Si la meta es demasiado alta, redúcela. Si no está de acuerdo con las reglas, renuncie. Invente su propio juego.

Haga lo que sea necesario para ser feliz. Pero no olvide que la felicidad es un sentimiento simple, puede encontrarla y dejarla ir por no percibir su simplicidad. Ella transmite paz y no sentimientos fuertes, los que atormentan y provocan inquietud en nuestro corazón. Eso puede ser alegría, pasión, entusiasmo, pero no felicidad...